Al menos esa fue la frase clave de la jornada dedicada a la interpretación que tuvo lugar el pasado viernes 13 de abril en Estudio Sampere en Madrid.
En otoño de 2011 le propuse a Clara Guelbenzu, autora del blog Bootheando, que viniera a Madrid a dar una charla. Cuando nos conocimos en persona en Barcelona se nos ocurrió que podíamos aprovechar esa idea y ampliarla. Finalmente, optamos por mantener la charla original y ofrecer también una clase práctica. Pero, ¿de qué podía tratar una clase que apenas durase dos horas? Tenía que ser algo interesante, nadie quiere perder el tiempo un viernes por la tarde.
La idea de Clara de centrarnos en algo específico funcionó a la perfección y la jornada empezó con una clase sobre la interpretación simultánea sin cabina (bidule).
Os preguntaréis qué es eso. Básicamente es un tipo de interpretación que se utiliza (o debería utilizarse) en casos muy concretos y que debido a varios motivos, entre los que se incluye la crisis, es cada vez más común.
Para este tipo de interpretación se necesita un equipo concreto: el maletín infoport.
Antes de pasar a la práctica, Clara explicó un poco la técnica, dio unos cuantos consejos para ofrecer una interpretación de calidad y contó sus trucos para sobrevivir ante cualquier circunstancia sin perder el buen humor y la compostura.
Cuándo se usa
- En reuniones de no más de 40 personas (de hecho cada maletín contiene 20 auriculares)
- En seminarios
- En el exterior (visitas en el campo, en un museo, en fábricas, talleres, queserías)
- Siempre que el intérprete tenga que moverse (visitas guiadas, cursos prácticos, en aeropuertos, barcos)
- Cuando no se necesitan más de dos idiomas
- No se recomienda su uso bajo la lluvia, en reuniones de demasiadas horas, ni con muchos asistentes
Qué es
- Un híbrido entre consecutiva y simultánea pero en realidad, se debe considerar interpretación simultánea. Es necesario tener un compañero si la jornada va a superar las dos horas y los intérpretes deben rotar cada 20 minutos, igual que en cabina.
Por qué se usa
- Ahorra tiempo y dinero. De hecho, por eso muchos clientes solicitan esta técnica en casos en los que sería mejor tener una cabina. El alquiler del maletín es más barato y no es necesario tener un técnico en sala.
- Siempre que el intérprete tenga que moverse. En algunos casos sí hay técnicos que ayudan a los intérpretes a realizar los cambios y a solucionar los posibles problemas.
Tomo prestada una imagen de la clase de Clara que ilustra claramente la técnica:
Clara ha escrito varias entradas sobre este tema y las podéis consultar en su blog. Seguro que os solucionan cualquier duda que podáis tener.
El principal problema de esta técnica es el ruido, tanto el del entorno como el que podemos generar nosotros mismos. No tenemos una cabina que nos separe de los asistentes, por lo que tendremos que concentrarnos a pesar del ruido de la sala (conversaciones, móviles, sillas, vasos), del campo (animales, viento) o de la fábrica (maquinaria, personal). Nosotros al interpretar también tenemos que ser conscientes de esto para no molestar. Si estamos al lado de los asistentes, nos escucharán con o sin auriculares (no les gusta) y en ocasiones, es complicado encontrar el lugar idóneo para situarnos. En clase, Iván Álvarez habló de su experiencia con esta técnica. Confesó que él se “autocastiga” contra la pared, para trabajar más cómodo y no interferir en el discurso. Una de las asistentes propuso crear una cabina portátil casera. La idea no es mala y he encontrado algunos enlaces que incluyo al final de la entrada.
Tras la teoría, llegó el momento de poner esos conceptos en práctica y optamos por dos enfoques diferentes:
- Primero, el ponente (Iván) leyó un texto en inglés sobre ergonomía y se ofreció el micrófono a tres intérpretes voluntarias que buscaron una esquina desde la que trabajar.
- Luego, todos los asistentes se colocaron los auriculares y me tocó usar el micrófono de ponente. Mi papel era el de una especialista que explicaba el complejo proceso de inseminación de las cerdas. Para meternos en situación, Clara usó archivos de audio con el sonido de cerdas reales. Así, los asistentes podían buscar una buena esquina desde la que interpretar el discurso mientras las cerdas complicaban la concentración.
Después de los ejercicios prácticos, pasamos a la charla-coloquio en la que cinco intérpretes dieron su punto de vista sobre el mercado actual. Laurence Jude (intérprete francesa) nos habló sobre la necesidad de ser flexible y hacer cursos sobre negociación, inteligencia emocional para ofrecer un mejor servicio al cliente. Iván Álvarez es el autor de la frase de la tarde. Él decidió cambiar de vida y la interpretación le ha permitido ser más feliz. Su consejo para los futuros intérpretes tiene que ver con aprender a mantener el control en situaciones de estrés. Opina que los deportes de riesgo ayudan y cantar en el karaoke puede servir para perder el pánico escénico (yo canto tan mal, que seguramente el terror lo sentirían los pobres clientes del local). Laura (@lfftrans) enganchó al público cuando empezó a contar lo que supone trabajar como intérprete de las estrellas de cine que vienen a Madrid a presentar sus películas. Desde luego, en su caso, la diplomacia y el tacto son herramientas necesarias. Es fundamental cuidar los detalles para que todo salga bien.
Fue un placer contar con tantos intérpretes en la sala. Quiero agradecer a los asistentes, a los compañeros que lo han hecho posible y sobre todo, quiero darle las gracias a Clara porque preparó una clase muy interesante.
Os dejo aquí los enlaces sobre las cabinas portátiles y los comentarios en Twitter que escribió Ana (@playmobiles) durante el coloquio:
http://www.miracletutorials.com/vocal-booth-homestudio/
http://www.synthtopia.com/content/2007/02/15/realtraps-intros-portable-vocal-booth/
http://blogs.oreilly.com/digitalmedia/2008/02/build-a-portable-vocal-booth.html
http://www.howtosellyourvideos.com/2011/06/portable-sound-booth-how-to-come-out-of-the-closet/